La revelación de que Juan Pablo Penilla Rodríguez, abogado de Ismael "El Mayo" Zambada, uno de los narcotraficantes más buscados del mundo, podría tener vínculos con la política mexicana ha desatado una ola de indignación y cuestionamientos sobre la integridad de quienes gobiernan el país.
Penilla Rodríguez, quien forma parte del equipo legal que defiende a "El Mayo" Zambada, fue señalado por tener supuestas conexiones con Morena, el partido en el poder. Aunque el diputado morenista Sergio Gutiérrez Luna ha negado cualquier relación, las dudas persisten: ¿cómo es posible que un abogado ligado a uno de los capos más peligrosos del narcotráfico esté en la órbita de la política nacional?
¿Hasta dónde llegan estos vínculos? ¿Qué intereses están en juego? La sociedad exige respuestas claras y contundentes. No se puede permitir que la política se contamine con los tentáculos del narcotráfico, ni que quienes deben garantizar la seguridad y la justicia estén, incluso indirectamente, ligados a quienes siembran el terror en el país.
Este caso no solo expone la posible podredumbre en el sistema político, sino que también cuestiona la credibilidad de un gobierno que prometió acabar con la corrupción y la impunidad. La ciudadanía merece saber la verdad y exige que se investigue a fondo cualquier conexión entre el abogado del narco y los círculos de poder.
México no puede permitirse más escándalos que manchen su ya deteriorada imagen internacional. Es momento de actuar con firmeza y transparencia, antes de que la sombra del crimen organizado termine por devorar lo poco que queda de la institucionalidad en el país.
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